14 diciembre 2011

Cumplimos 20 Años de Masonería Femenina Confederada en México

Diciembre 14, 2011


Lejano podemos ver el sábado 14 de Diciembre de 1991 en el Oriente de Veracruz puerto, reunidas las Grandes Logias Femeninas “Gran Oriente Femenino de Veracruz” del Gran Oriente de Veracruz, representado por la V:.H:. Doña Rosa Huesca de Santiago; “Tarhatzkua” del Gran Oriente de Michoacán, representado por la V:.H:. Doña Oliva Alcaráz Guerrero y “El Potosí” del Gran Oriente de San Luís Potosí, representado por la V:.H:. Doña Patricia Villacís Keever. Como testigo de honor la V:.H:. Doña France Sornet, Gran Maestra de la Gran Logia Francesa, quien en Septiembre del mismo año había entregado Gran Carta de Reconocimiento de los Trabajos Masónicos a la Logia “Gran Oriente Femenino de Veracruz”, cuna de la Masonería Femenina Confederada en México. Además de contar con la presencia de Hermanas de Tabasco y Jalisco, en ese entonces Jurisdiccionadas a Veracruz. Durante los trabajos de ese día se Constituye la Confederación de Grandes Logias Femeninas Regulares de los Estados Unidos Mexicanos y se firmó el Protocolo suscrito durante el Tratado Interpotencial firmado por las Grandes Logias Constituyentes del Pacto Fraternal, acordándose se desarrollen en el Territorio de nuestra Patria todos los medios de actividad que estén dentro del dominio de la Francmasonería Universal, en Acción Conjunta, Uniforme y Permanente.  

Como la vida misma, este importante evento masónico en nuestra historia es punto de equilibrio de un antes y un después. De un antes, porque ya el “Gran Oriente Femenino de Veracruz”, fundado el 22 de abril de 1989, había trabajado por regularizar sus propios trabajos y de los realizados en los Grandes Orientes de Michoacán y San Luis Potosí, además de Tabasco y Jalisco; pero, aun cuando el trabajo era tenaz y complejo, esto no detuvo a Doña Rosa Huesca de Santiago, en ese entonces Gran Maestra, en su afán de obtener documento que otorgara regularidad a los trabajos que todas realizábamos. Motivo que la llevó a viajar miles de kilómetros hasta llegar al Gran Oriente de Francia en el viejo continente; pero a pesar de la distancia y de lo diferente del idioma y la cultura, se logró después de comprobar trabajo y conocimiento, la obtención del documento que también había sido solicitado por otra Gran Logia Femenina Mexicana. Entonces, con esta Gran Carta se ven reforzados los trabajos, se crea y funda la Confederación que todas integramos.

De la misma forma podemos hablar de un después de la fundación de la Confederación, puesto que a partir de ese momento, hemos realizado 18 Congresos y 33 Reuniones del Consejo Masónico Nacional. La Confederación está integrada por las Muy Respetables Grandes Logias Femeninas: “Gran Oriente de Veracruz”, Gr:. Or:. de Veracruz; “Tarhatzkua”, Gr:. Or:. de Michoacán; “Unidad de Tabasco”, Gr:. Or:. de Tabasco; “Gran Oriente Femenino de Durango”, Gr:. Or:. de Durango; “Libre y Unida”, Gr:. Or:. de Zacatecas; “Gran Oriente Femenino de Nayarit”, Gr:. Or:. de Nayarit; “Gran Oriente Femenino de Sonora”, Gr:. Or:. de Sonora y “Ave Fénix”, Gr:. Or:. de Guanajuato; con aproximadamente 50 Logias Simbólicas Femeninas. De la misma forma, mencionamos a las Grandes Logias que lamentablemente se han quedado en el camino por una u otra circunstancia, “Del Potosí”, “La Occidental”, “Brígida García” y “Delta”, quienes son parte de nuestra historia, estamos seguras que algún día levantaran de nuevo, firmes y fuertes columnas del Templo a la Verdad y la Virtud.

Durante estos primeros veinte años de vida de nuestra Confederación hemos dados grandes pasos, nos hemos equivocado, pero también hemos acertado y hemos descubierto que cada experiencia nos permite crecer y ser mejores. Tenemos Estatutos y Reglamentos, Liturgias, Manuales, publicaciones y Usos y Costumbres a seguir; todo esto nos hermana y nos permite comunicarnos con el mismo idioma, el de la Antigua Institución que es la Masonería, y en particular la Masonería Femenina Confederada. Mucho tenemos por hacer, Expandir la orden a otros Orientes, compartir con otras, muchas más mujeres los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad; es muy probable que a mediano plazo contemos con Logias y Grandes Logias Femeninas en Campeche, Yucatán, Puebla, Nuevo León y Ciudad de México, D.F, entre otros Grandes Orientes en formación; pero sobre todo lo más importante que tenemos es la membrecía de las Logias, nuestras Respetadas Hermanas Aprendices, Compañeras y Maestras, por las que trabajamos con la convicción, que hacer masonería es construir el templo de los valores, del amor fraternal que nos permitirá la mejor convivencia en la solidaridad humana.

Reconocemos que la gratitud es la memoria del corazón, por eso les invitamos a unirnos para Reconocer y Agradecer a todas nuestras hermanas que nos antecedieron en los diferentes Cargos del Consejo Masónico de la Confederación, de las Grandes Logias y de las Logias; porque gracias al trabajo que se ha realizado y se realiza en cada Oriente y Gran Oriente, tenemos metas y trabajo a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo; quien nos ha guiado por el sendero de la Luz.

Hermanas, Respetadas Hermanas todas, hoy más que nunca tenemos la tarea de compartir lo que hacemos en nuestros Templos, que nuestro ejemplo de vida sea la mejor tarjeta de presentación y recomendación de la práctica Masónica. Como serán los próximos 20, 30, 40 o más años de la Confederación, no lo sabemos; pero, si reconocemos que tenemos retos en puerta, hemos de dedicarnos a ellos como sabemos hacerlo, con responsabilidad, compromiso, constancia, voluntad, actitud, amor y el honor de ser quienes somos. Que sea eso precisamente, el honor de ser masonas, mujeres libres, propositivas y emprendedoras, lo que no permita acceder a otras esferas del quehacer humano en donde podamos contribuir a mejorar la comunidad en la que estemos. Porque el masón es un ciudadano del mundo y el mundo es nuestro hogar, de esto que la masonería es universal.

Finalmente Hermanas, reciban mis felicitaciones por ser parte de esta Organización masónica que hoy, a veinte años de su nacimiento, tiene un horizonte de posibilidades para crecer y colaborar en beneficio de la humanidad. Que los retos a los que nos enfrentemos sean el impulso que nos permita ser mejores; ruego al Gran Arquitecto del Universo por cada una de vosotras, para que él, que todo lo puede les colme de bendiciones y nos haga columnas vivas de los Talleres en que trabajamos en ser mejores.

¡Una para Todas y Todas para Una!